lunes, 18 de octubre de 2010

Magistrados, pero políticos

El Tribunal Constitucional afronta una necesaria renovación, tras los años de bloqueo sufridos por la negativa de los partidos políticos a llegar a un consenso válido. Ello supone, necesariamente, que según las distintas posibles configuraciones de magistrados entre conservadores y progresistas, el presidente electo variará ostensiblemente.

¿Y qué consecuencias tiene? La más clara es el voto de calidad, en casos de empate en las eventuales votaciones. Pero todo ello va más allá: las disputas de los partidos políticos por nombrar unos u otros magistrados, tendrá repercusiones importantes a la hora de sentar jurisprudencia, por ejemplo, al declarar constitucional o no una determinada ley (por ejemplo, el espinoso tema del Estatuto catalán).

Lo más grave, a mi juicio, es que se lleguen a ponderar cuestiones como la ideología por encima de las cualidades que la persona pueda tener como jurista.

Y tú, ¿qué alegas?

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