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| Foto: Luis Sevillano |
Este colectivo, no solo tiene que aguantar todo lo que acarrea una enfermedad, sino que también siguen siendo excluidos de la sociedad y por si fuera poco, hay que añadirle las dificultades que tienen cada día. Ya que, no pueden valerse por sí mismos porque en la mayoría de los casos, los edificios no están adaptados.
Javier, ha sido uno de esos valientes que ha decidido someterse a una operación de alargamiento óseo, que le permitirá una vida más fácil e incluso llamar al interfono de sus amigos. Pero no es tan fácil, González va en una silla de ruedas porque todo este proceso puede durar hasta diez años.
La situación y los derechos de estas personas ha mejorado a lo largo de los años, pero aun ha de progresar más hasta tener una acogida laboral y social mayor.
Por ello, desde aquí, queremos dar todo nuestro apoyo a este colectivo y dar muchos ánimos a Javier en todo el proceso que está inmerso.
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